viernes, 25 de mayo de 2007

La luz del día

La luz del día entró,
en aquella habitación,
iluminando su lindo rostro,
que contra mi pecho descansó.
Mis manos sobre su cuerpo,
enloquecidas de pasión,
pérdidas entre su pelo,
mientras haciamos el amor.
Sumergida en otro mundo,
al que ella me llevo,
sus manos sobre mis pechos,
sin sentir ningun dolor,
al tiempo que desgarraba,
el latir de mi corazón.
Un inmenso oceano,
sobre su cuerpo encontré,
buceando por toda ella,
contra sus labios choque,
como ola enfurecida,
que a la roca va a romper.
Fragancia de agua salada,
que dulce es en su piel,
recorriendo con mis labios,
cada rincón de su ser.
El mar a la calma volvió,
su cuerpo contra el mio,
al fin descansó.
En mi cama, se colo,
timida, sigilosa, con temor,
aquella luz del día,
que junto a ella despertó.

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